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martes, 25 de noviembre de 2014

¿#TodosSomosAyotzinapa?

Es verdad que este evento nos dolió, duele  y nos seguirá doliendo hasta que se encuentren respuestas veraces; y que este municipio y su desgracia permanecerán marcados en la historia INTERNACIONAL como nombres que escurren sangre.

El dolor es colectivo, la desgracia ajena la hacemos propia por el mero sentido de empatía, un sentido que no puede ni podrá someterse al entierro, porque no solo los mexicanos estamos unidos por esta causa, sino todo el mundo en comunidad y una unión no vista antes en años.
Ayotzinapa representa nuestro dolor y los límites que el humano puede alcanzar al sentir indignación y rabia, pero por desgracia también representa lo que los intereses propios son capaces de lograr con el afán de defender una causa.

Ejemplos podría numéralos, pero imagino y sé que la primera causa para tomar este nombre como estandarte, es el ESTADO, el mismo ESTADO del que, sin necesidad de hacer una investigación, se sabe que mando a matar a estos estudiantes.

El pueblo ha usado todo esto para decirle al gobierno “YA BASTA”, ganas no faltan de sumarse a esto, y las razones son cada día más y justamente por razones que levantan la moral del pueblo es que gritamos al cielo “Todos Somos Ayotzinapa” cuando en realidad, a pesar de lo doloroso del evento y su cruda conclusión, sabemos que #NotodosSomosAyoptzinapa.

Sabemos que no es necesaria, y que la violencia no es la mejor de las vías para hacer a nuestra voz valer, pero si es necesario y nos queda claro que usaremos cualquier camino para que cosas como lo ocurrido en ese municipio devastado no vuelva a ocurrir.

Sabemos que con las revoluciones, golpes de estado y revueltas, ocurren eventos que no se le desean a absolutamente nadie, desde pérdidas humanas hasta daños a la infraestructura, sin mencionar el caos que reina dentro de esos eventos de protesta. Y más aún cuando hablamos de una “revolución”, la que en este país no ha hecho más que significar un sinónimo de “empeoramiento” siendo que esa no es la connotación que debería tener.

Cuando hablamos de una revolución -que es lo que se está gestando en estos momentos, y es a lo que Ayotzinapa nos ha conducido en un sentido social estricto- hablamos de un “cambio”, algo en qué mejorar en muchas facetas nacionales.

Y con esto no digo que Ayotzinapa no sea un ente importante, sino que tal vez, en comparación con lo que se ha venido gestando y juntando, es la punta de todo un iceberg cargado de odio hacia aquellos que han efectuado algo que es un secreto a voces.

Y es por eso mismo que mucha gente ahora ya no es Ayotzinapa, porque han logrado pervertir el origen de una lucha y hacerla más grande de lo que tal vez debió ser. Esto tiene distintas vertientes: la vertiente de lucha social y las exigencias que se esperan para un cambio verdadero y la vertiente de las consecuencias que van a traer toda la represión que el gobierno sólo ha reducido, pero que no ha quitado.

En esos momentos en los que se trabaja con un pueblo sembrando cadáveres, es cuando se dan cuenta de que lo único que van a cosechar, va a ser asesinos, llevando a otra causa más al entierro y a la sumisión que representa el movimiento popular que en un inicio iba a ser completamente digno.

No se sataniza el hecho de responderle al gobierno, es más, les doy una felicitación a todos aquellos que de verdad están enojados por lo ocurrido, por todos aquellos empáticos que quieren evitar que de nuevo ocurra algo así de vil y grotesco en nuestra sociedad, aniquilando los problemas de raíz: la corrupción que representa el poder ejecutivo.

Sin embargo, y como ya he dicho antes… no creo en la violencia, o siquiera que ésta sea un medio válido –o un medio- para lograr un cambio verdadero. Pero cuando no quedan medios válidos, lo que en un inicio no existía, se vuelve la única alternativa, siendo generalizada como una voz de descontento, quemando efigies y exigiendo algo que no es una solución inmediata, pero sí una prueba de que existe justicia… justicia que debió emplearse en un caso que jamás podría ser tolerado en otro sitio, que sería inaceptable.

¿Entonces por qué seguimos dejando que todo esto pase?

Porque como dije antes… no todos estamos solidarizados entre nosotros, no a todos les duele lo que ha ocurrido, y no a todos les va a interesar un asunto de niveles aberrantes en cuanto a violencia si no se les afecta directamente a ellos.

Porque #NoTodosSomosAyotzinapa.

Buenas tardes. 

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