Indignada... ¿solamente indignada? No, no sólo estoy indignada, asustada, confundida; como no solamente todos los dogmas éticos de la sociedad se han vuelto uno para romperse en miles de pedazos, sino que también los ideales de dignidad y valores tan fundamentales como el respeto a la vida, honestidad, amor y caridad... se han quebrantado desde el momento en el que las noticias decidieron correr para volverse más certeras, más reales con el pueblo... cuando decidimos entre nosotros no darnos más opio, no querer matarnos a nosotros mismos... como mataron a nuestros congéneres y dignos estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa.
Matar no se limita al hecho de quitar la vida. Matar no se hace exclusivo al derecho de portar un arma y abatir a balazos, o a penetrar las pieles ajenas con el filo de un arma blanca. Matar es destruir, matar es eliminar todo vestigio de una persona en la sociedad...
Matar puede significar muchas cosas, pero siempre serán hechos que damnifiquen a todos hasta cierto límite, que desgarren el alma de un pueblo abatido. Es dañar a terceros usando sólo a uno... o en este caso, a 43.
Y así fue como la policía municipal y un grupo de civiles armados amedrentaron el derecho a la vida de personas que no merecían lo que les tocó vivir.
Es indigno, es inaceptable, intolerable e inenarrable que la violencia llegue para quedarse en un mundo que se compone de la mutua dependencia y trata de eliminar a una nada que se volvería la contrariedad de estos elementos. Por esto mismo, es que es vergonzoso presumir que vivimos en un mundo que se está sumiendo en el caos y que está eliminando el concepto de la bondad y amor a la vida y a los seres humanos que nos rodean.
Es triste y degradante decir que vivimos en un mundo en el que este sentido está siendo arrancado, y en el que está predominando la filosofía del matar, del corromper, del quitar y del hacer lo que sea posible para oprimir la rebeldía. Un mundo en el que la nada se convierte en la ausencia de lo que es ético y moral en el fondo de nosotros. Un lugar en el que los buenos somos menos.
"Los buenos somos más..."
Ojalá, eso fuera cierto.
Quisiéramos como ciudadanos ya olvidar todas las penurias que hemos vivido... pero las mantenemos siempre en la memoria colectiva para tener algo a lo que aferrarnos, algo por lo que ser rebelde valga la pena, algo para generar ese contrapeso y evitar que la nada sea un algo que nos perjudique a todos... algo para evitar ser arrancados de raíz como aquellos alumnos de la Normal Rural, algo para hacer que nuestro país que se está muriendo, renazca con esperanza.
No queremos que nos arranquen de raíz, no queremos morir sin que nuestras voces sean escuchadas...
#JusticiaParaAyotzinapa #FuerzaAyotzinapa
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